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Foto del escritorArtes Santa María

SIMPLEMENTE

BY TIARE LOYOLA


Madre

Mi madre es de Santiago, nacida en la comuna de La Florida, tiene 52 años. A la edad de 8 años vivía con su tía, abuelita y su tío, quien era pesado como un saco de piedras; de mascota tenía un pato que era blanco como la nieve. Le gustaba ver un programa después de clases, el que daban en las tardes que se llamaba “Los bochincheros”, también le gustaba jugar con las muñecas. Cuando estaba en la escuela le gustaba hacer deportes como, por ejemplo, natación, bolley ball, gimnasia rítmica y danza moderna. De ahí salió su fortaleza. Ella era regalona de su abuelita. Por su parte, su padre se casa nuevamente. Cuando llevaba un año con su esposa, nacieron dos niñas, las que pasaron a ser sus hermanas. De pequeñas, jugaban las tres y peleaban como todos los niños.

A la edad de dieciocho años, se casa, duro diez años y tuvo dos hijos en ese matrimonio. Las cosas no funcionaron bien, por lo cual se separó y crio a sus dos hijos con la ayuda de su madre. Comenzó a trabajar. Su primer trabajo fue en la fundación Las rosas, cuidando a las abuelitas durante un año. Después, encontró trabajo en la Municipalidad, en el Departamento de tránsito. En ese tiempo, conoció a mi padre y, años después, nací yo. Luego se separan. En la actualidad y, con todo lo que ha pasado respecto a la pandemia, mi madre estuvo cesante durante un tiempo, pero, gracias a Dios, pudo encontrar nuevamente trabajo. Debido a todo lo que ha tenido que pasar ha podido salir adelante y ha sido fuerte durante todo este tiempo, ya que no a todos se les hace fácil el día a día, por lo que admiro su perseverancia y sus ganas de salir adelante.


Abuela

Mi abuelita por parte de mi padre nació en Santiago, en Las Condes, en un lugar llamado Lo Fontecilla. En esos años, todo era distinto habían parcelas, era como campo. No existía la tecnología de ahora, así que mi abuela se entretenía trepando los árboles tan altos como un edificio y sacando sus frutos; jugaba con su hermano y sus primos al rodeo con los chanchos que en esos años criaba.

En su niñez, le ayudaba a su mamá, o sea, a mi bisabuela a lavar ropa, ya que ese trabajo lo hacia mi bisabuela para tener ingresos para el hogar. También le ayudaba a repartir esa ropa. En esa época ir al colegio era difícil, así que no tuvo estudios completos. A los 18 años, trabajó en casas particulares cuidando niños.

A los 19 años conoció a mi abuelo y a los 20 se casó. En el año 1964, se fueron a vivir juntos con mis bisabuelos. Mi abuela tuvo 5 hijos, pero falleció uno estando bebé. Mi abuelo trabajaba en la construcción mientras mi abuela criaba a mis tíos. Le tocó vivir tiempos amargos, ya que estando casada y con mis tíos pequeños, vivió el golpe militar. Le tocó hacer filas para comprar los alimentos para la casa. Por el año 78, le salió subsidio habitacional y se cambiaron dentro de la comuna donde actualmente se encuentra ahora. Me contaba que todo era distinto acá. En ese tiempo, la calle Fleming era camino de tierra; en Padre Hurtado, corría un pequeño canal, y, en la esquina de Padre Hurtado y Fleming, había una casa de campo con plantación de sandías. Pienso que es admirable lo que le tocó vivir en su niñez y juventud.

Mi abuela en el presente tiene 67 años.

Me gusta como es porque siempre es amable, cariñosa y siempre está haciendo algo.

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